jueves, 8 de octubre de 2015

El Cerebro determina todo lo que hacemos

El cerebro determina todo lo que hacemos: desde cómo pensamos hasta cómo nos sentimos, cómo nos comportamos y cómo nos relacionamos con los demás.

Debido al rol primordial y definitivo que nuestro cerebro determina para nuestras vidas, es importante educarnos sobre él y sobre cómo podemos cuidar de nuestra salud cerebral. Hay una serie de creencias que desdibujan la forma cómo entendemos el cerebro y por ende quisiera discutir algunas de ellas en tres puntos:

Primero: Nuestra genética determina menos de un tercio de la salud de nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida. Es errado pensar que los genes son un factor determinante en nuestra salud cerebral. El estilo de vida es clave y de gran influencia sobre nuestros destinos, debido a que, si bien la genética ofrece unas tendencias, la plasticidad cerebral permite que el cerebro este en permanente moldeamiento – y esto es algo que podemos utilizar para nuestro beneficio o en contra. Somos escultores de nuestro cerebro, en la medida en que con cada acción, pensamiento y sentimiento estamos moldeando este muy plástico órgano fantástico – bien sea que nos lo estemos proponiendo o no. El reto entonces está en aprovechar esta característica de la función y estructura cerebral para mejorar nuestra vida personal, familiar y profesional, y retrasar posibles vulnerabilidades como la demencia.

Segundo: El Alzheimer, tipo de demencia más común en los adultos mayores, si bien aún no se demuestra que pueda ser evitado, sí es posible retrasar significativamente su aparición según el National Insti­tute of Health. El ejercicio físico, y mantenernos activos cognitivamente, combinado con una dieta saludable, pueden pro­te­ger nue­stros cere­bros a través de la lla­mada reserva cerebral. De manera que sí tenemos medios para influir sobre esta enfermedad.

Tercero: Frecuentemente algunas personas dicen que “Sólo utilizamos el 10% del cerebro”. La verdad es que usamos todo nuestro cerebro ( o prácticamente todo), solo que no necesariamente todos los circuitos están activados al mismo tiempo ni permanentemente. Por otro lado, debido a lo variadas que son las actividades en la vida de una persona, todos los circuitos se utilizan con mucha regularidad. Nuevamente, cuanto más expuestos estemos a desafíos cognitivos, y a un estilo de vida saludable, donde se le da merecida importancia al sueño, a la buena alimentación, al ejercicio, y al cultivar relaciones interpersonales  sanas, nuestro cerebro tenderá a funcionar de una manera mucho más integral a nivel de sus diferentes circuitos y redes neuronales, favoreciendo la salud cerebral. Y a más salud cerebral, más salud mental, equilibrio emocional, resiliencia, comportamientos más adaptativos y adecuados, y mejor calidad de vida!


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