miércoles, 6 de agosto de 2014

No Siempre es Déficit de Atención…

No todo lo que parece un trastorno de déficit de atención (TDA/TDAH) lo es, y sin embargo frecuentemente medicamos a nuestros niños como si lo fuera. Ojo!
En los Estados Unidos, el número de niños diagnosticados con TDA/TDAH se ha incrementado en un 42% en los últimos ocho años. De 6.5 millones de niños diagnosticados con TDA/TDAH, 3.5 millones están medicados – el número de niños medicados se ha incrementado en un 28% en los 4 últimos años.
El término “Déficit de Atención” comenzó a utilizarse formalmente a partir de 1987, y a partir de los noventas una compañía farmacéutica en particular comenzó a realizar campañas de “toma de conciencia” de la condición. Estas campañas, basado en los resultados, surtieron efecto: en los Estados Unidos, entre un 11 y un 15% de los niños está diagnosticado con TDA/TDAH y el uso de estimulantes (medicamentos utilizados para tratar este trastorno) ha aumentado 20 veces.
Desafortunadamente, el TDA/TDAH está tan popularizado que muchas veces los profesionales de la salud solo saben acerca de esta condición, y frecuentemente medican dando por hecho que están frente a esta.
Los trastornos de procesamiento auditivo, por ejemplo, bien pueden confundirse con el TDA/TDAH. Si a un niño le cuesta decodificar la palabra hablada, obviamente se mostrará inatento. A estos niños les cuesta atender a códigos verbales y con frecuencia parecen estar “desconectados”.
Otro trastorno a menudo confundido con TDA/TDAH es el trastorno de procesamiento sensorial. Esta condición es especialmente pasada por alto debido a que es difícil de comprender por aquellos que no lo padecemos. Se podría ilustrar como una exacerbada sensibilidad a cosas como las marquillas de la ropa, o las costuras de las medias. Cuando esto sucede, estamos prestando muchísima atención a esta sensación perdiendo de vista otras situaciones circundantes que pueden ser importantes. Es común que los niños con esta condición sufran de desasosiego, y posiblemente de hiperactividad.
Los trastornos a nivel del desarrollo visual en los niños frecuentemente pasan también inadvertidas. Aquellas situaciones en las que el niño ‘no quiere leer’ o ‘no quiere hacer las trabajos’ de clase, o las tareas, podría ser el resultado de dificultades en el seguimiento visual, en la secuencias visuales, etc. Esto solo lo puede diagnosticar un optómetra.
Por último quisiera comentar que otro tanto de la población, si bien puede tener un compromiso en su atención y nivel de actividad, esto es tan solo una parte de su situación. Hay mucho niños con trastornos emocionales, de conducta y otros, que son la verdadera raíz del problema. Con frecuencia llegan a mi consulta niños con historias de hospitalizaciones durante sus primeros años de vida, de abusos, de abandono, etc. Estos son hechos que afectan profundamente el núcleo de cualquier ser humano, y es este realmente el móvil a considerar y a tratar.
Los medicamentos psiquiátricos (como lo son los estimulantes) nunca son benignos, de manera que hay que estar muy atentos a su uso y abuso!



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