martes, 14 de abril de 2009

Mente como Agua


El arte de mantener la mente descansada y de ahuyentar de ella toda angustia y preocupación es, seguramente, uno de los secretos mejor guardados de los grandes hombres.
-J.A. Hartfield

Existen tres factores claramente identificados que, universalmente, son generadores de estrés: la incertidumbre (el “no saber”), la falta de información y la pérdida de control.

Con frecuencia nos encontramos con la cabeza “llena de cosas”. Y muchas de estas son asuntos que tenemos pendientes. Mantenemos en nuestra mente, consciente o inconsciente, lo que teníamos que hacer ayer y no hicimos, la llamada que debemos hacer hoy y otra que tenemos que hacer mañana. Al mismo tiempo pensamos en el libro que tenemos sobre la mesa de noche y que aún no terminamos, la meta que nos pusimos el año pasado y aún no hemos iniciado, en el proyecto que estamos realizando y en el sueño que tenemos escondido y que no queremos compartir porque creemos que es “una locura”. Estas cosas, sean muchísimas o unas pocas, que rondan su cabeza como pajaritos enjaulados, no le permiten tener la mente despejada, y le pueden estar generando falta de energía, ansiedad, o tal vez insomnio e incluso enfermedad.

El llevar todos estos asuntos pendientes en nuestra conciencia conlleva a los tres factores mencionados como generadores de estrés. Técnicamente hablando es una respuesta fisiológica del organismo donde se produce una cascada de secreciones hormonales, entre ellas, cortisol y adrenalina. Esta respuesta es adaptativa. Es un “diseño” de la naturaleza para los casos de emergencia, es decir, que es necesaria y positiva dentro de una situación específica. Pero cuando el estrés se vuelve crónico (“en emergencia permanente”), esta cascada de hormonas produce un efecto inhibitorio sobre nuestro sistema inmunológico (tornándonos más propensos a enfermarnos, generando una caída en los mecanismos de reparación del ADN, etc.). Las hormonas desencadenadas por un estrés crónico ataca también nuestro sistema cardiovascular, ocasiona fatiga, actúa directamente sobre nuestro cerebro deteriorando su adecuado funcionamiento (por ejemplo, el cortisol “inunda” el hipocampo y afecta nuestra memoria), entre otras cosas. La lista de efectos indeseables es larga.

Quiero compartirles una técnica que, aunque parece simple, es muy poderosa. El objetivo es sacar las cosas de la cabeza. Se trata de lo siguiente: siéntese con lápiz y papel y haga una lista de todas esas cosas que tiene en la mente. Sáquese TODO de la cabeza. Lo grande, lo pequeño, lo personal, lo profesional, lo urgente, lo que no lo es. Todo. Por ejemplo: hacerle el dobladillo al pantalón azul, llamar al cliente potencial, buscar el papelito que dejo dentro de su chaqueta y que necesita recuperar, comprar pilas para la linterna, llevar el gato al veterinario, renovar el seguro, aprender otro idioma (¡un proyecto!), viajar a la costa con toda la familia (¿sueño imposible?), montar su propia empresa (aunque no sepa cómo hacerlo, anótelo), pedirle disculpas a su secretaría (aunque no esté seguro de querer hacerlo, anótelo), salvar la capa de ozono (¡!¿?). TODO. Vaciado mental. Incluso aquellas cosas que no está seguro de querer hacer. TODO. Este ejercicio puede tomar un tiempo. Se va a dar cuenta que tendrá instantes que le llegan muchas ideas como en “ráfaga” y escasamente la mano podrá tomar nota tan rápido como lo necesita. Le llegarán cosas que usted no sabía que habitaban en su cabeza, otras que ya había olvidado. Y por momentos sentirá que queda en blanco, para descubrir unos segundos más tarde que llega otra oleada de ideas. Es un ejercicio interesante y hasta divertido (o a mi me lo parece).

En mi experiencia, el solo hecho de hacer el vaciado mental me ha dado una sensación de descarga y tranquilidad. (¡Y eso que aun no he hecho nada con la lista que he creado!)

Luego de haber elaborado su lista, puede empezar a clasificarla como quiera o como le funcione. Hay sistemas de organización muy concretos, definidos, con especificaciones claras en el mercado, pero ese no es el tema de este escrito.

Alimente sus listas permanentemente. Yo lo hago incluso varias veces durante el día, porque a todos se nos vienen cosas a la cabeza todo el tiempo. Generalmente, mantengo sobre mi escritorio y dentro de mi cartera una pequeña libreta donde voy “sacando” todo y cuando tengo un tiempito lo clasifico en mis listas de categorías y calendario para luego hacer algo al respecto, así sea decidir que ya está completo.

¿Para qué hacer todo esto? Por la sensación de “control”, de poder personal, porque le va a permitir relajarse, recuperar energía que tenía “reservada” aun sin darse cuenta, porque le va a permitir tener la mente despejada y porque esto le va a traer paz mental.

Usted no necesita llevar todos sus pendientes en su cabeza, porque ya sabe que tiene un método “externo” que lo recordará por usted. Así su mente va a tener la posibilidad de dedicarse tiempo completo a generar soluciones creativas, a tener ideas creativas, y a ser productiva… Mi amiga, quien me enseño esta técnica dice que a esto se le llama tener (o mantener) la “mente como agua”. Me encanta ese símil: Mente como agua. ¡Que delicia!

Esta información se puede encontrar en más detalle en el libro "Organízate con Eficacia", de David Allen. Recomiendo tambien su página web www.davidco.com

VIRGINIA ROJAS ALBRIEUX


1 comentario:

  1. Interesantísima la aproximación del neurofeedback, he visto varios de los videos que colgó en youtube y creo que soy un potencial cliente para la especialidad, siento embote absoluto y la mente llena de muchas cosas. Me siento como un viejo computador que se ha tornado lentísimo lleno de virus y spyware.

    pd. Su perfil de youtube tiene un error en el website, está como www.neurofeedbackcolombiablogspot.com y no como www.neurofeedbackcolombia.blogspot.com

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