miércoles, 4 de febrero de 2015

Neurofeedback y Autismo

Neurofeedback es una terapia que emerge de manera muy prometedora para el espectro del autismo.  Se trata de una herramienta para entrenar de forma directa la función cerebral y que ha probado ser útil de manera muy amplia en aspectos que conciernen a la salud mental, y a la optimización del desempeño en general.

En el autismo se comprende que a nivel del comportamiento cerebral existen limitaciones en cuanto a la integración funcional de sus diferentes áreas. Así mismo, conocemos que la dimensión emocional del autista está comprometida, en especial en lo que se refiere a su desempeño social. Dicho funcionamiento emocional está organizado ni más ni menos que por circuitos neuronales.

La conectividad estructural en el cerebro autista tiene defectos del desarrollo de las redes. Pero más allá del tema de estructura, existen déficits en la conectividad funcional de esta ya debilitada arquitectura. 

El compromiso emocional de los individuos en el espectro autista no puede justificarse en los defectos estructurales- que son de la materia blanca del cerebro, pero sí es explicable desde las deficiencias de la conectividad funcional. Precisamente es en este aspecto donde neurofeedback cobra sentido y se vuelve útil: este trabaja sobre la función de la comunicación entre neuronas.

Neurofeedback es un entrenamiento que trabaja, entre otras cosas, en restablecer la conectividad de las redes neuronales responsables de la dimension emocional.

El autista presenta un sistema nervioso en un estado de activación muy alto- incluso aquellos que parecieran estar “bloqueados”. Con neurofeedback, el primer orden de cosas consiste en sacar a este cerebro de su “modo de emergencia”, de manera que calmar este sistema nervioso estresado y agitado generalmente representa muy pronto una mejora con respecto al funcionamiento del individuo. Es claro, sin embargo, que se necesitan de unas cuantas sesiones para consolidar los beneficios obtenidos. Este es un proceso de aprendizaje en el sentido en que el cerebro require de repetición para adquirir nuevos hábitos de funcionamiento.

Durante una sesión el cerebro del niño o el adulto percibe que la información presentada en la pantalla que tiene enfrente refleja de alguna manera su propia actividad. No puede resistir el sentirse intrigado por dicha información presentada y por ende se engancha en el proceso de observarse. Podríamos entender esta dinámica como una meditación dirigida para el cerebro autista.

La persona muy pronto comienza a sentirse más cómodo en su propio cuerpo. Luego se impactan sus relaciones en términos emocionales. Poco a poco el cerebro va adquiriendo mayor estabilidad de función, y esto beneficiará más específicamente a aquellos autistas que presentan trastornos convulsivos.

Dentro del entrenamiento de neurofeedback, se van abordando de manera progresiva cada uno de los rasgos comportamentales característicos del autismo, así como también los específicos de cada individuo. El proceso generalmente inicia trabajando con el hemisferio derecho, aportando calma física, relajación, conciencia corporal y espacial. Acto seguido se suele abordar la funcionalidad de las relaciones del sí mismo hacia y con el mundo. En el caso de requerirse, se agrega finalmente el entrenamiento interhemisférico para el manejo de inestabilidades como las convulsiones.


Neurofeedback está probando ser un tratamiento no invasivo de avanzada para el espectro autista. Sus alcances convierten este entrenamiento  en una opción que toda familia cuyo hijo se sospeche esta presentado rasgos autistas debería considerar muy seria y prontamente como una prioridad.

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