Neurofeedback es una terapia que emerge de
manera muy prometedora para el espectro del autismo. Se trata de una herramienta para entrenar de
forma directa la función cerebral y que ha probado ser útil de manera muy amplia
en aspectos que conciernen a la salud mental, y a la optimización del desempeño
en general.
En el autismo se comprende que a nivel del
comportamiento cerebral existen limitaciones en cuanto a la integración
funcional de sus diferentes áreas. Así mismo, conocemos que la dimensión
emocional del autista está comprometida, en especial en lo que se refiere a su
desempeño social. Dicho funcionamiento emocional está organizado ni más ni
menos que por circuitos neuronales.
La conectividad estructural en el cerebro
autista tiene defectos del desarrollo de las redes. Pero más allá del tema de
estructura, existen déficits en la conectividad funcional de esta ya debilitada
arquitectura.
El compromiso emocional de los individuos
en el espectro autista no puede justificarse en los defectos estructurales- que
son de la materia blanca del cerebro, pero sí es explicable desde las
deficiencias de la conectividad funcional. Precisamente es en este aspecto donde
neurofeedback cobra sentido y se vuelve útil: este trabaja sobre la función de
la comunicación entre neuronas.
Neurofeedback es un entrenamiento que
trabaja, entre otras cosas, en restablecer la conectividad de las redes
neuronales responsables de la dimension emocional.
El autista presenta un sistema nervioso en
un estado de activación muy alto- incluso aquellos que parecieran estar
“bloqueados”. Con neurofeedback, el primer orden de cosas consiste en sacar a este
cerebro de su “modo de emergencia”, de manera que calmar este sistema nervioso
estresado y agitado generalmente representa muy pronto una mejora con respecto
al funcionamiento del individuo. Es claro, sin embargo, que se necesitan de
unas cuantas sesiones para consolidar los beneficios obtenidos. Este es un
proceso de aprendizaje en el sentido en que el cerebro require de repetición
para adquirir nuevos hábitos de funcionamiento.
Durante una sesión el cerebro del niño o el
adulto percibe que la información presentada en la pantalla que tiene enfrente
refleja de alguna manera su propia actividad. No puede resistir el sentirse
intrigado por dicha información presentada y por ende se engancha en el proceso
de observarse. Podríamos entender esta dinámica como una meditación dirigida
para el cerebro autista.
La persona muy pronto comienza a sentirse
más cómodo en su propio cuerpo. Luego se impactan sus relaciones en términos
emocionales. Poco a poco el cerebro va adquiriendo mayor estabilidad de función,
y esto beneficiará más específicamente a aquellos autistas que presentan
trastornos convulsivos.
Dentro del entrenamiento de neurofeedback,
se van abordando de manera progresiva cada uno de los rasgos comportamentales
característicos del autismo, así como también los específicos de cada
individuo. El proceso generalmente inicia trabajando con el hemisferio derecho,
aportando calma física, relajación, conciencia corporal y espacial. Acto seguido
se suele abordar la funcionalidad de las relaciones del sí mismo hacia y con el
mundo. En el caso de requerirse, se agrega finalmente el entrenamiento
interhemisférico para el manejo de inestabilidades como las convulsiones.
Neurofeedback está probando ser un
tratamiento no invasivo de avanzada para el espectro autista. Sus alcances
convierten este entrenamiento en una
opción que toda familia cuyo hijo se sospeche esta presentado rasgos autistas
debería considerar muy seria y prontamente como una prioridad.
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